Cuando suben las temperaturas es bastante normal que nos alteremos y que lleguemos a encontrarnos mal cuando salimos a la calle y sufrimos un termómetro por las nubes. Pero existen algunas señales que pueden darnos pistas sobre nuestra situación y un posible golpe de calor.
Síntomas de un golpe de calor
- Sensación de confusión y pérdida parcial de la consciencia.
- Puedes llegar a sentir dolor y no saber identificar de donde proviene.
- Respiración acelerada y comportamiento errático.
- Fiebre alta (por encima de los 39’5-40 grados centígrados).
También puedes llegar a sufrir taquicardias, hipertermia y desembocar en un coma, aunque antes de llegar a este extremo debes de aprender a reaccionar y seguir las indicaciones que te exponemos a continuación.
¿Cómo me repongo?
Lo primero es mantener la calma e intentar llegar a un sitio cubierto, si es que te encuentras a pleno solazo en la calle. Si estás lejos de casa, acércate a cualquier cafetería o centro comercial que cuente con aire acondicionado.
Enseguida que puedas, empieza a reponer líquidos con un vaso o botella de agua que no esté muy fría y si puedes quítate algo de ropa o al menos aflójate las prendas que te presionen. Si tienes la oportunidad, aplica compresas frías en frente, axilas y cuello.
También puedes probar a colocarte tumbado y levantar las piernas para favorecer la circulación sanguínea y refrescarte el rostro con un poco de agua. En principio, con estos pasos bastará para poder frenar la situación y empezar a sentirte mejor.
Prevenir la situación
Con una hidratación constante y evitando salir en las horas centrales del día, ya estarás previniendo un posible golpe de calor. También es bueno evitar las comidas pesadas que provoquen unas digestiones difíciles e ir refrescando tu cuerpo a lo largo del día con duchas o baños frescos.
Si quieres más información, aquí te dejamos un post con las mejores recomendaciones para combatir el calor y procurar que no afecte a tu buena forma física y a tu salud.