La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado recientemente a la población acerca de la aparición de un nuevo coronavirus: el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), que ya se ha cobrado una vida en territorio europeo.
Esta cepa vírica apareció por primera vez en Arabia Saudita en 2012 y pertenece al grupo de los coronavirus, que comprende una extensa familia de virus que causan enfermedades que van desde el resfriado o la gripe común, hasta el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS).
Sintomatología del coronavirus MERS
Nos encontramos ante un proceso vírico que puede no desarrollar sintomatología alguna (infección asintomática), unos síntomas respiratorios suaves o directamente complicarse hasta alcanzar una patología aguda severa y desembocar en la muerte del paciente.
Las señales más habituales que se presentan en los infectados por MERS, son:
- Tos, fiebre y dificultades respiratorias.
- Es bastante probable que se desarrolle una neumonía, aunque no siempre es así.
- También pueden presentarse algunos síntomas gastrointestinales, como la diarrea.
- En la forma más grave de enfermedad, los pacientes pueden sufrir una insuficiencia respiratoria que requiera el uso de ventilación mecánica y su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos.
- Alrededor de un 36% de los casos de MERS acaban con el fallecimiento del paciente.
- Además, esta enfermedad parece afectar de una forma más grave a las personas mayores, a aquellas que sufren de inmunodepresión y/o personas que tienen enfermedades crónicas como una neumopatía crónica, la diabetes y el cáncer.
Transmisión y tratamiento
Parece ser que la mayor fuente de transmisión proviene de los animales a las personas y se cree que los camellos son un reservorio importante del coronavirus MERS. Además, las transmisiones de persona a persona existen, pero no resultan tan fáciles si está bien protegido y el personal sanitario asume las medidas de protección.
Actualmente no se dispone de vacuna o tratamiento específico contra el MERS, y el apoyo que se le realice a cada paciente dependerá de su estado. Como precaución, la OMS recomienda que si se visitan lugares donde habitan camellos se mantenga una higiene óptima (lavar las manos después de tocar a cada animal) y no se coman productos de origen animal sin una cocción o pasteurización adecuada.