Tan solo en Europa, se comunican aproximadamente unos 40.000 casos de intoxicaciones alimentarias, de las que unas 20 acaban con el fallecimiento de la persona. Pese a la que la tasa de mortalidad es baja, los síntomas de una intoxicación alimentaria pueden llegar a ser muy molestos y más si nos pillan en plenas vacaciones de verano.
Las intoxicaciones alimentarias son enfermedades que suelen estar causadas por el consumo de agua o alimentos contaminados por gérmenes patógenos que pueden producir toxinas, además de reproducirse.
Algunos de los microorganismos más comunes en esta época del año son: la ‘Salmonella’, el ‘Escherichia Coli’, el ‘Campylobacter’, algunas toxinas bacterianas como el ‘Clostridium’, el ‘Bacillus’ o el ‘Staphylococcus’ y también ciertos virus como los de la familia de los norovirus.
Sintomatología
Los signos más comunes de una intoxicación alimentaria, pese a que su origen sea diverso, son los problemas digestivos tales como: el dolor abdominal, los vómitos, las náuseas, las diarreas, y en muchas ocasiones, también la fiebre.
En los casos más graves puede requerirse la hospitalización del paciente, debido especialmente a las alteraciones electrolíticas, la deshidratación, la insuficiencia renal y una afectación sistémica que puede acabar desembocando en ‘shock’ e incluso en la muerte.
Cómo tratar las intoxicaciones alimentarias
Si se tiene alguno de estos síntomas, se debe ir al centro médico de Atención Primaria en el que se realizará un examen clínico general y se valorará el estado del paciente y si se precisa un traslado al hospital o no. Además, también se tomarán muestras para realizar un análisis microbiológico.
Debemos tener en cuenta que uno de los mayores riesgos cuando se padece una intoxicación alimentaria es la deshidratación, por lo que se debe administrar al paciente líquidos de forma precoz, ya sea por vía oral o por vía intravenosa.
La dieta la marcará el médico, aunque normalmente se debe dar un reposo digestivo durante las primeras horas. Se extremarán las precauciones en los grupos de mayor riesgo, como los lactantes, los niños pequeños, las embarazadas, ancianos y personas con el sistema inmune deprimido.
Por cierto, las frutas son un excelente alimento para mantenernos fuertes durante el verano, echa un vistazo a este post y podrás ver las mejores frutas de temporada para nuestro organismo.
¿Has sufrido alguna vez una intoxicación alimentaria? ¿Cómo la has combatido?